Almacén Comunitario San Antonio

La solidaridad es uno de los pilares de la vida cristiana. El servicio a los demás, el estar atentos a las necesidades de nuestro prójimo como sabemos, es un mandato inequívoco de Jesús. Es más: Él mismo nos enseñó con el ejemplo de su Palabra y su Vida a estar cercanos a los que sufren, a los enfermos, a los excluidos por diversas causas a todos los que son tenidos por basura. La Parábola del Buen Samaritano nos enseña a descubrir quién se comporta como prójimo, cuáles son los criterios del servicio desinteresado, hecho por amor y con amor.
A la hora del Juicio, como bien sabemos seremos considerados por lo que hemos amado y servido... " tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, estuve desnudo y me vistieron, enfermo o preso y me fueron a visitar".
De allí se desprende como Jesús mismo lo dice, cada vez que tenemos un gesto de cercanía con alguna necesidad de nuestro prójimo, con el propio Jesús lo tenemos.
Ese es el contexto en el cual nace este proyecto que hemos llamado Almacén Comunitario San Antonio. En la Capilla homónima, ubicada en el Barrio Gori, se congrega una linda Comunidad de fieles, que se sienten parte de una gran familia de vecinos, que buscan crecer en la fidelidad al Señor, a través del encuentro, del compartir la alegría, del buscar soluciones a los problemas de los demás y de mejorar su calidad de vida, y por ende la de sus hijos y nietos. Son muchos trabajadores y trabajadoras, y algunos desocupados, pero "se la rebuscan", se ayudan, se quieren, se preocupan unos de otros. Se cuidan entre ellos y también sueñan. Sueñan hermosos sueños y se los confían al Señor, en la Capillita sábado a sábado a veces muy poquitos, otras veces un poco más, junto a los niños, se eleva en la oración los sueños de los presentes y también los que van recogiendo de los ausentes, pero presentes desde su intercesión. Saben sin haber estudiado teología que por el bautismo todos son sacerdotes, puentes entre Dios y los hombres.
Viven la ilusión, pero no viven de ilusiones. Saben que las cosas se consiguen con esfuerzo, con trabajo, con lucha cotidiana, que se puede caer, pero siempre hay que volver a levantarse y seguir. También saben que el Señor no abandona, está siempre allí fiel a su Palabra. Que alienta, que sana, que acompaña en el camino.

Por ello, rápidamente abrazaron mi propuesta de formar un "almacén comunitario". Un proyecto que lleva en sus mismas entrañas lo que Jesús nos propone, para levantar nuestra mirada, y ayudar a fortalecer nuestra dignidad humana y desde luego nuestro deseo de vivir la fidelidad al proyecto de Dios.

En este proyecto se conjugan la solidaridad de personas y fundaciones que buscan con el mismo criterio ayudar a las necesidades de los hermanos, pero desde esta praxis: no dar desde el que tiene y le sobra, sino desde aquel que es consciente que todos los bienes provienen de Dios y a Él se dirigen y según la Palabra de Mt 25, 31ss citadas anteriormente, cada ayuda, gesto, interés por el otro es directamente dirigido a través del necesitado a Jesús.
Pero hay más: no solamente se busca "ayudar", sino levantar, dignificar. Por ello los bienes compartidos no se regalan, sino que apenas son un camino para, saliendo de una situación de necesidad, poder pensar en más e ir a más. Podríamos decir que esta ayuda recibida es el comienzo de ese sueño que nos permite no solo saber en teoría que todas las personas tenemos derechos, sino también tenemos el deber esencial de dignificarnos y nunca permitirnos deshonrar nuestra persona, al fin y al cabo imagen y semejanza de nuestro Creador.
En concreto el proyecto se sustenta en realizar un surtido - canasta familiar - que una vez al mes cada socio del almacén retira, pero a cambio pone una cuota mensual que va generando un fondo, que a la postre permitirá pasar a nuevos proyectos, todos los cuales se irán debatiendo en la asamblea, también mensual que como gran comunidad es la soberana.
Para constituir dicha asamblea, se reunieron unas 18 familias, todas del ámbito de la Capilla y elaboraron un reglamento de funcionamiento. El mismo fue abalado por el Dr. Gustavo Dotta y su esposa Virginia Mastrascussa, amigos míos y solidarios con el proyecto, quienes levantaron el acta constitutiva y redactaron los distintos artículos del reglamento.
No fue por casualidad que la reunión de formación se realizó inmediatamente después de celebrar la Misa en las Vísperas de la Asunción de María a los cielos. Porque a ella en la oración le confiamos este sueño, y tampoco es casualidad que el primer reparto se hará el 8 de setiembre fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen.
Por ello a todos les pedimos una oración confiada a María porque este sueño que ya es realidad se consolide y crezca para bien de todos sus miembros, y de futuros proyectos.
Se eligieron las primeras autoridades que serán presididas por este párroco y tendrán como integrantes del consejo de administración a Mary Quirque, Silvana Marta y Vanessa Peralta.
Gracias a Dios por este regalo que nos hace para seguir soñando en que un mundo mejor es posible.


Luis M. Fariello
Cura párroco