Por ello, este año 2012, luego de culminar un tiempo de misión parroquial que se desarrolló los tres últimos febreros 2010 - 12, con el invalorable aporte de los seminaristas de la Arquidiócesis, entendimos que esta Cuaresma ha de ser un tiempo de reflexión profunda acerca de la pregunta: ¿qué nos dejó este esfuerzo misionero en nosotros y en nuestras comunidades? ¿cómo quedó marcado el paso del Señor por nuestra Parroquia? y ¿a qué nos invita en este nuevo tiempo que nos toca encarar?
Porque si bien la misión es algo permanente en la vida de la Iglesia, estos empujes ayudan a vivir mejor nuestra vida cristiana y a proyectarla también hacia el futuro; de manera tal que estamos en un tiempo de oración y reflexión a la escucha atenta de la Palabra que el Dios de la Vida nos quiere transmitir. y descubrir en ella el camino más adecuado para alcanzar la meta: Jesucristo.
Como instrumento muy especial hemos encontrado el mensaje que el Santo Padre, Benedicto XVI nos ha dado a toda la Iglesia, que a partir del versículo 24 del capítulo 10 de la Carta a los hebreros nos invita a la siguiente actitud:
"fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras"
La propuesta tiene como centro renovar nuestro camino de fe personal y comunitario a través de la oración y el compartir así como del silencio y el ayuno.
Reflexionamos también siguiendo el mensaje el significado del fijarse:
contiene el - observar bien
- estar atentos
- mirar conscientemente
- darse cuenta de la realidad
y saber que a través del otro estoy viendo a Jesús
gracias por compartir la reflexión e invitarnos a vivir con esa actitud.
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